Falta de presupuesto, obras frenadas, salarios congelados, recorte de programas de becas, investigaciones suspendidas, dólar disparado. El ajuste de Cambiemos sobre la educación pública tiene su caso testigo en las universidades, un sector clave para el desarrollo de un país.
Tras las vacaciones de invierno, ninguna de las 57 universidades públicas retorno a clases. Se trata de 200 mil trabajadores y un millón de estudiantes.
La movilización se realizó en contra del recorte presupuestario de más de $ 4000 millones y el atraso de más de tres meses en el pago de insumos de investigación, e incluso algunas de las casas de estudio ya tienen dificultades para pagar el gas y la luz .
El jueves amaneció con un corte en el Obelisco encabezado por estudiantes de la UBA, UNGS y UNSAM, levantando carteles hechos en las tomas de facultades , y una consigna que ocupó el ancho de la Av. Corrientes: No al pago de la deuda, plata para educación.
A pesar de la lluvia y el frío, desde Congreso hasta Plaza de Mayo se coparon las calles con docentes, estudiantes, y se mostró que también hay decenas de miles en Córdoba, Mendoza, Neuquén, Jujuy y Salta. El conflicto, que inicialmente arrancó por la paritaria docente universitaria, sin resolución aún, ya va por su cuarta semana. El Ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, oferto el 15% en cuotas, la cual fue rechazada por todos los gremios.
El Consejo Interuniversitario Nacional denunció que hay “obras licitadas que no han comenzado, presentan retrasos o están detenidas”. Según aseguró esta entidad que nuclea a más de 60 universidades e institutos universitarios de todo el país, “el conjunto de obras en estas condiciones supera los $3 mil millones, lo que implica un enorme daño al normal funcionamiento” de estas instituciones.
Las quejas de las universidades se suman a las críticas de muchos científicos por la pérdida del poder adquisitivo de los investigadores, por el desfinanciamiento de la Ciencia y las condiciones edilicias de las universidades. Uno de esos ejemplos es el caso de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que hace cuatro meses que no tiene gas.
Las Universidades públicas existen en la conciencia nacional, en la vida popular, en las aspiraciones democráticas de la juventud, en las tradiciones más altas del conocimiento, y también como es lógico, en la calle.
Lo que está en juego va más allá del presupuesto universitario y la paritaria docente .Se juega el derecho de millones a una educación pública, libre gratuita y de calidad, un derecho humano inalienable.